La sabiduría de las manos

Por Jñana Dakini

Has notado lo qué sucede con tus manos cuando te enojas? O cómo se sienten cuando acaricias? ¿Has notado cómo tus brazos y pecho se abren cuando vas a abrazar a alguien y cómo se sienten cuando cruzas tus brazos como diciendo “no me importa”?

Los brazos y manos, junto con las piernas forman parte de los Karmendriyas, un concepto que se traduce como “órganos de acción”, ya que con los brazos, manos, pies y piernas realizamos infinidad de acciones. Metafóricamente decimos que recorremos el mundo con nuestros pies y lo sostenemos en nuestra manos, o decimos que algo se nos fue de las manos, cuando perdemos control de una situación.

Durante la práctica de asanas, las manos juegan un papel muy importante, y en todo momento requieren de una atención refinada ya que tan sólo la mano tiene 29 huesos, 29 articulaciones primarias, alrededor de 123 ligamentos, 34 músculos, 48 nervios y 30 arterias; y para usarlas se requiere de muchas conexiones neuronales, de hecho una cuarta parte del córtex motor es requerido para mover nuestras manos.

Pero además de su aspecto anatómico y biomecánico, que hay que considerar al hacer cualquier postura, las manos forman parte de un circuito energético muy importante: el circuito de Anahata chakra: corazón-brazo-mano. Este circuito es la expresión de la energía expansiva, amorosa, bondadosa y compasiva que se refleja en cada una de nuestras acciones.

Al practicar las posturas observa cuidadosamente a tus manos, percibe donde están y qué hacen, no son ornamentales ni son solo para cargar tu peso. Recuerda que están conectadas con tu corazón, es desde el plexo cardiaco que salen los nervios motores y arterias encargados de darle vida a tus manos. En cada asana al inhalar lleva la atención a la expansión de la zona del corazón cuidando de no hacer mucho esfuerzo muscular, y al exhalar lleva la atención a las manos, ya sea que estén apoyándose contra el suelo, o pared o estén libres. Cuando medites o estés recostado prueba lo mismo: inhala sintiendo una ráfaga de intención energética positiva en la zona del corazón y exhala generando una corriente de calma hacia las manos.

Cambiar patrones de movimiento de las manos y mover las manos sintiendo la inhalación o la exhalación mantiene a las manos sensibles y creativas y en conexión con el circuito energético del corazón. Pero además de trabajar creativamente con las manos, no te olvides de ACARICIAR y DAR.

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Por: Jñana Dakini, autora del libro “Acércate al Yoga”.

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