Luisa comenzó su práctica de Yoga en 2006 a fin de balancear su vida personal y laboral como abogada de Derechos Humanos. En 2011 inició la Formación de Maestros en Yoga Espacio y en 2013 se mudó a la ciudad de Bruselas, Bélgica donde inició su Formación como maestra en el método Iyengar, bajo la guía de Willy Bok (Senior II) certificándose tres años después. En 2015 su vida estuvo exclusivamente dedicada a la práctica del yoga, asistiendo a clases regulares durante seis meses en el Instituto Ramamani Iyengar, en Pune, India. En dicha estancia también se involucró facilitando clases de yoga a personas en proceso de rehabilitación de adicciones, con la Fundación Kripa y organizaciones locales que apoyaban a mujeres jóvenes de bajos recursos económicos.
Para Luisa el yoga es una herramienta para contribuir a aliviar el sufrimiento humano, en sus múltiples formas. Por eso también hizo su certificación con James Fox como profesora de yoga en prisiones y, en 2017, concretó la inauguración de la Sección Mexicana de Prison Yoga Project a fin de llevar los beneficios del yoga a personas privadas de su libertad. Actualmente está formándose en la metodología de Yoga Sensible al Trauma, bajo la guía de David Emerson y Bessel Van Der Kolk, en el Trauma Center del Justice Resource Institute de Boston, MA.